Cuatro requisitos para ser mirrey:
Ser hijo de papi (multimillonario, obvio)
Ser guapo o medianamente guapo (ó creer que se es),
Ser un bueno para nada (es decir sin oficio ni beneficio diría mi abuelo) y,
Pronunciar adecuadamente “si me entiendes, verdad goey”
Sé que algunos se molestaran, pero en realidad no tienen porque. En primera porque no cumplo con lo anterior. Bueno, quizás si en lo de sin oficio ni beneficio. Pero en lo demás estoy a años luz de distancia. Y es que a veces me hago la estúpida pregunta de que hubiera sido de mi destino si hubiese nacido en tierra firme; en el seno de una de las familias más pudientes de esta ciudad.
Y es que ser un mirrey es de lo más divertido: viajar, gastar, tomar, antrear, mamasear y ya fatigado de todo ello dormir como un bendito, claro, si la cruda lo permite, y, al otro día lo mismo. si no ver para creer:
¿Acaso no es vivir en la gloria? Todo con cargo a la tarjeta que me dieron Papi y Mami.
En verdad me encantaría poder vivir así: viajar, gastar, tomar, antrear, mamasear y ya fatigado de todo ello dormir como un bendito, claro, si la cruda lo permite, y, al otro día lo mismo. Y ya si me queda algo de tiempo y ganas, ya nomás por no dejar y que no digan que soy un bueno para nada, ayudar a alguno que otro prole a través de la beneficencia. ¿Cool no?
Pero como dijera el sabio Chava Flores: “a que le tiras Cuando sueñas mexicano”. Así que ni modo. A trabajar de lunes a lunes y sin días de descanso, y en alguna noche que el cansancio acumulado no me venza, mirar este video que me hizo soñar que ser mirrey era posible, y decir: ¡Adiós mi “champu”! ¡Adiós mi antro! ¡Adiós mis lobukis! ¡Mi juventud…Adiós! ¡jaja!
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